El termino sharenting se ha hecho más popular a medida que los padres comparten en Internet la vida de sus hijos, documentando hasta el más mínimo detalle de los acontecimientos importantes, como el primer paso, las primeras sonrisas, pasos, y cada una de las anécdotas de los más a pequeños en Facebook, Instagram y otras redes sociales.
¿Qué es el Sharenting?
Es un anglicismo que proviene del Share (compartir) y parenting (paternidad), y se ha convertido en una práctica tan común que el diccionario británico Collins lo incluyo en sus páginas en 2016. Al momento no existe ninguna generación de niños con una infancia tan pública y expuesta, lo que lleva a la reflexión, cuando crezcan, quizás muchos no estén de acuerdo con la cantidad de fotos y videos publicadas sobre ellos.
En las redes sociales podríamos diferenciar tres categorías de padres, según sus publicaciones:
- Orgullosos, que les encantaría que todos sus contactos de Facebook e Instagram supieran todo sobre sus hijos, y publican todas las anécdotas a través de la red social.
- Protectores, los que son más cautelosos al momento de publicar imágenes en la que aparecen los menores, protegiendo su privacidad.
- Irritados, aquellas personas que están molestas y hartas del sharenting, sus muros de Facebook e Instagram están repletos de las fotos de los hijos de sus amigos y familiares.
Los padres no tienen una opinión en común acerca de ser sensato o no compartir fotos de sus hijos en Internet, pero sí la mayoría están seguros de restringir quién puede ver esas imágenes, permitiendo sólo a amigos y familiares.
La Huella Digital
Publicar o subir imágenes, vídeos o cualquier otro tipo de grabación asociada a nuestros hijos en Internet en general, y en las redes sociales, crea una huella digital y los expone a los diferentes peligros que acarrea al navegar en la web.
Muy pocos padres les preocupa que los menores no estén de acuerdo con las fotos publicadas cuando estén más grandes. La Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños (NSPCC, por sus siglas en inglés), en Reino Unido, advierte que «cada vez que una foto o video es publicada, se crea una huella digital del niño que puede seguirlo en su vida adulta«, de ahí la importancia de pedirle el permiso al niño antes de publicar las fotos.
Incluso, la información que los padres comparten en las redes sociales sobre sus hijos pueden implicar riesgos de seguridad y fraude. Según especialistas en servicios financieros el sharenting es una puerta para los fraudes en internet, y comprometiendo la seguridad financiera futura de sus hijos y la suya propia.
La sobreexposición de todo tipo de información personal en Internet, es especialmente peligrosa en menores de edad, cuyos imágenes, vídeos o grabaciones y sus geolocalizaciones se convierten en material público disponible sin que prácticamente existan restricciones de algún tipo en favor de cualquier persona de forma indiscriminada.
Los principales riesgos de que los perfiles públicos de los padres en las redes sociales y servicios de mensajería entre otros que pueden acarrear son los siguientes:
- Desde el momento de la publicación, puede provocar un secuestro tanto físico como de la identidad digital. También puede ocasionar Grooming, o utilizan las imágenes para fines publicitarias en la dark web.
- A medio plazo, cuando los menores acceden a redes sociales, pueden usar estas fotos o videos para ser objeto de memes, o cualquier forma de Bullying o acoso escolar por las redes. Haciendo burla del menor o adolescentes con su mismo material fotográfico.
- Durante la vida adulta de los actuales menores, pueden ser víctima de robo de identidad. Los delincuentes podrán conocer mejor a sus víctimas mejor que ellas mismas, y hacer que los ataques de diccionario cada día sean más efectivas.
- Reputación digital, Cuando los menores ya adultos quieran acceder a las instituciones de prestigio, los miembros del comité de selección podrán acceder a toda la información del solicitante, especialmente las redes sociales.
Los padres pueden tomar acciones para evitar muchos de estos problemas a largo plazo, como por ejemplo:
- Discriminar qué fotos y cuándo publicar.
- Comprobar los ajustes de privacidad.
- Considerar que información hacer pública sobre nuestros hijos, y consultarlo con ellos.
- Revisar regularmente las cuentas en las redes sociales.
- Desactivar las funciones de ubicación y geolocalización a la hora de compartir las imágenes.
- No compartir demasiada información sobre la vida privada del pequeño.
- No hacer una cuenta propia a los menores en las redes sociales, mucho menos cuando no tienen la edad reglamentaria.
- Podemos pedir a los menores que ellos mismo censuren las imágenes que sus padres quieren compartir.
- Las fotos que se vayan a publicar nuestros hijos deben estar siempre vestidos.
- Leer y entender las políticas de privacidad de las redes sociales a las que se suben fotografías.
- Recordar y tener siempre como se podrán sentir nuestros hijos o hijas a futuro, si tuvieran que enfrentar a una imagen suya.
- Activar las alertas de Google.
- Compartir información bajo el anonimato y pixelar las caras de los menores.
- Si enviamos imágenes o vídeos a través de mensajería instantánea (como WhatsApp), tenemos que asegurarnos de que las personas a las que enviamos cualquier contenido son de confianza y no lo compartirán sin nuestro permiso.