El pasado 10 de noviembre se hizo publico en el Vaticano el informe que explica la investigación del excardenal Theodore McCarrick, donde explica con detalle los casos de abusos sexual infantil de este religioso, que tuvo como respuesta la solidaridad con las víctimas y reiteró su compromiso de ir en contra de la pedofilia.
Informe McCarrick
Ante la audiencia celebrada en streaming desde la biblioteca del Palacio Apostólico, el Sumo Pontífice anuncio la publicación del doloroso informe del caso del excardenal Theodore McCarrick, afirmando
“Renuevo mi cercanía a las víctimas de cada abuso y el compromiso de la iglesia para erradicar este mal”.
El Vaticano publicó un informe de 450 páginas, elaborado por solicitud del Papa Francisco, específicamente sobre el caso del excardenal y arzobispo de Washington, despojado de su título en 2018 a los 87 años, y en 2019 de su condición de sacerdote, tras acusaciones de abusos sexuales a menores.
En dicho informe, se excluye que existiera una conspiración del silencio para proteger al influyente cardenal estadounidense, pero reconoce toda una cadena de errores y omisiones internos que favorecieron la continuidad de la carrera eclesiástica del McCarrick junto con los abusos a los menores.
Conocido como el Tío Ted, McCarrick desempeño por décadas un papel clave en la recaudación de fondos para la Santa Sede por parte de donantes estadounidenses influyentes y adinerados. Por ello, para el Vaticano el informe representa también un acto de solicitud y cuidado pastoral del Papa hacia la comunidad católica de EE.UU, desconcertada por el hecho que este sacerdote haya podido ocupar roles tan altos al mismo tiempo que cometía los abusos.
La investigación inicio a mediados del 2018, en que se analiza el ascenso al poder del arzobispo de Washington de 90 años, quien fue amigo y confidente de personas y políticos influyentes de Washington.
5 puntos para entender la trascendencia del informe
El informe sienta un precedente sobre los casos de abusos de pedofilia y la verdadera intención de la iglesia de conocer a fondo sobre estos casos, que implicaría directamente a tres papados distintos. Desde 1990 se conoce de acusaciones de mala conducta sexual, lo que no impidió que este religioso llegará a la más alta jerarquía como cardenal, y participar en el conclave del 2005.
Las cinco claves de este informe son:
- El papa Juan Pablo conocía de las acusaciones de mala conducta contra McCarrick y aun así fue ascendido como cardenal. En 1999 el cardenal John O´Connor de Nueva York escribió una carta de seis páginas al nuncio apostólico del Vaticano en Estados Unidos, donde expresaba su preocupación por el hecho de que McCarrick había pedido a jóvenes que durmieran en la cama con él, incluso algunos habían experimentado un trauma psicológico por el comportamiento inapropiado del religioso. Solo bastó una misiva negando todas las acusaciones para que el papa Juan Pablo II lo ascendiera, mostrando la cercanía que tenían ambos clérigos.
- El Vaticano culpa a tres obispos estadounidenses de Nueva Jersey, por proporcionar información inexacta e incompleta al respecto a la Santa Sede, que pudieron haber impactado en las conclusiones de los asesores y al mismo Juan Pablo II, desestimándolas como un rumor. Dentro del informe se incluye el testimonio de un sacerdote de Nueva Jersey que vio como McCarrick le tocaba la entrepierna a un hombre en 1990, y ninguno de los dos obispos le informaron esto al Papa.
- Aunque el papa Benedicto XVI destituyó a McCarrick como arzobispo de Washington en el 2006, este se negó a investigarlo, a pesar de las cartas del arzobispo Carlo Maria Viganò funcionario de la Secretaria de Estado de la Santa Sede, escribió dos cartas en 2006 y 2008 instando a que la iglesia investigara los rumores sobre McCarrick. La resolución fue autorizar a un funcionario del Vaticano a apelar a la conciencia de McCarrick y pedirle que mantenga un perfil bajo y minimice los viajes. Igualmente, el arzobispo Viganò se convirtió en embajador del Vaticano ante los EE.UU en 2011 y se le pidió que realizará una investigación para determinar las acusaciones, sin embargo, este no tomó estas medidas.
- El papa Francisco no hizo nada hasta 2017 porque creía que Juan Pablo II ya se había hecho cargo de revisar dichas acusaciones, aunque conocía de las acusaciones nadie le paso información al respecto, lo que lo llevo a pensar que todo había sido revisado, por sus antecesores, además que se mantenía activo. Cuando en junio de 2017 la Arquidiócesis de Nueva York se enteró de una acusación de abuso sexual por parte de McCarrick a un menor de edad décadas antes, se le solicitó la renuncia al Colegio Cardenalicio.
- Es en extremo inusual que el Vaticano investigue a sus más a los líderes. El papa Francisco ante las acusaciones de McCarrick prometió un estudio profundo del manejo del Vaticano en el año de 2018, resultando un informe minucioso sobre los encubrimientos que abarcan décadas y llegan a los más altos niveles de las propias filas del Vaticano.
El informe tendrá amplias implicaciones para una iglesia global que ha sido hostigada durante décadas por su mal manejo de los abusos sexuales por parte del clero. La iglesia ahora tiene que contar con el hecho de que uno de sus más queridos pontífices está implicado en uno de sus escándalos más notorios.
Los casos más sonados
El excardenal y arzobispo emérito de Washington Theodore McCarrick vio su punto final en su carrera cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe le quitó su condición de clerical sancionado, con el máximo castigo en el derecho canónico.
Nacido en Nueva York y ordenado sacerdote en mayo de 1958, ocupo cargos como rector de la Universidad Católica de Puerto Rico en 1977, y después fue nombrado por el Pablo VI como obispo auxiliar de Nueva York, hasta que se convirtió en noviembre de 1981 en obispo de Metuchen, New Jersey.
En Metuchen fue cuando uno de sus denunciantes fue víctima de su mala conducta sexual, y como él viajaba con el obispo y junto a otros jóvenes donde el sacerdote elegía compartir habitación, incluso la cama.
Otro hombre que se desconoce su identidad, guardo silencio durante 40 años de los abusos de McCarrick desde que era menor de edad (11 años), situación que se mantuvo por 20 años, y que nunca denunció por su relación tan cercana con su familia.
El excardenal usaba el poder que tenia más la lealtad absoluta de sus seminaristas para abusar sexualmente de ellos. El ambiente social de Washington conocían lo que se decía, de sus extrañas citas y de la casa de playa con jóvenes seminaristas.
McCarrick mantiene su inocencia, y vive en Kansas desde 2018.
