Cinco mujeres (4 españolas y una argentina) crearon la organización Betrayed Infancy, para mostrar la realidad de la pedofilia en las redes sociales, frenar la distribución del material de abuso sexual infantil a través de Internet, y además detener a estas redes de explotación sexual infantil.
Viralizar para informar
Esta iniciativa nació a raíz de una cuenta con material pedófilo en Twitter que se hizo viral en Argentina mostrando la cantidad de imágenes que existen en las redes sociales sobre abuso sexual infantil, lo que llevó a desarrollar una investigación que evidenciaba la magnitud del problema, como también la desinformación que existe para su prevención.
Betrayed Infancy en estos momentos pone todo su foco en la pandemia, sobre todo por el preocupante aumento de la distribución de este tipo de material en un 500%, beneficiando de forma directa e indirecta de forma económica a las redes sociales, haciendo que estos salgan de la Deep Web a un lugar más cómodo de forma anónima.
Las integrantes de la organización aseguran que existe una gran desinformación acerca del peligro que supone estas redes de pedófilos y de la poca seguridad que utilizan los padres para controlar el acceso de los menores en las redes sociales. Lo importante es tomar conciencia e informarse para poder apoyar a los niños ante este peligro, ellos no tienen capacidad organizativa en la reivindicación de sus derechos y su libertad como seres individuales.
La intervención de los padres es fundamental, una supervisión adecuada en el uso de sus hijos en las redes sociales pueden evitar casos de grooming, que funcionan hoy en día normalmente a través de WhatsApp, amenazando a los niños a cambio de fotos íntimas.
El caso de una madre en Mendoza, Argentina, que denuncio el acoso que sufría su hija de 10 años, a través de un grupo llamado “Manden Fotitos” de 50 personas entre ellos conocidos de su hija, quien encontró unos mensajes extraños, amenazándola de matar a sus padres si no enviaba fotos de ella desnuda o en ropa íntima.
La madre realizó la denuncia y el teléfono quedo a disposición de la policía, para investigar sobre esta red que tiene miembros de Uruguay, y en Argentina, específicamente en Buenos Aires y Córdoba.
Conceptualizar el delito
La organización Betrayed Infancy también lucha por una clarificación de conceptos y usar términos apropiados que muestren el delito como es, cuando se habla de pornografía infantil, se infiere que hay un tipo de consentimiento por parte del menor, lo que no es así, lo describe con mayor claridad el término Material de explotación sexual infantil.
Además, usar el concepto de pornografía infantil revictimiza a la víctima, aumentando su culpa e incluso su vergüenza, de haber sido parte en material pornográfico, cuando lo que sufrieron fue una agresión sexual por un adulto, filmada o fotografiada para su distribución.
El enemigo de Betrayed Infancy se encuentra dentro y fuera de las redes sociales. La mayoría de los abusos suceden en la casa de la víctima o el abusador y suele ser generalmente algún familiar o del entorno cercano del niño, niña o adolescente, para luego encontrarse con la impunidad del Internet.
Incluso, va más allá al denunciar lo permisiva que son estas redes y que su política de tolerancia cero no se cumple. La Policia Nacional recibe once correos electrónicos al día denunciando material explícito de violaciones a menores, denuncias realizadas por otros usuarios que se topan con estas imágenes o se dedican a cazarlas para su respectiva denuncia y no por las mismas redes sociales.
En el caso relatado anteriormente, una de las prácticas más frecuentes de estos violadores y abusadores es la del grooming, haciéndose pasar por otros menores para ganarse su confianza y conseguir fotos de los niños, de carácter sexual.
Durante la pandemia, los groomers la han usado como una oportunidad, porque sus víctimas están en casa todo el tiempo, siempre online, lo que implica mucha exposición a las redes sociales por parte de los menores, cuya vulnerabilidad se ve reflejada en el aumento de la cifra de distribución de este material, alcanzando a nivel mundial más de un 400%.
