Yo soy todas las niñas: un caso real de tráfico sexual infantil

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La película de producción sudafricana Yo soy todas las niñas, está catalogado como un thriller transmitido por la plataforma de streaming Netflix, y es un trabajo de denuncia social sobre el tráfico sexual infantil en Sudáfrica, inspirado en un caso real sobre el conocido asesino serial Gert Van Royeen.

Yo soy todas las niñas

Tomando como título una afirmación que se solidariza con todas las víctimas, que en este caso hablamos de tráfico sexual infantil manejado por una red de pedófilos, esta película se suma a todas las producciones que han servido para alzar la voz de quienes no han podido, además de visibilizar problemas sociales que merecen una profunda lucha y erradicación en el mundo, todas estas películas, series y documentales han sido un camino de apoyo.

Yo soy todas las niñas se encuentra en el catálogo de streaming de Netflix recibida con mucho éxito, y toca un tema del que se tiene que hablar, como es el tráfico infantil, haciendo eco de voz ante la problemática situación.

El hilo de la historia en la película, mantiene el camino de un thriller, enfocándose en la importancia de la lucha y causas sociales, sobre todo en este tema tan actual como es el tráfico de niñas y mujeresRefleja también sobre la realidad que enfrentan todas las mujeres en el mundo, combinando la investigación policial para atraer al espectador en la historia, siguiendo hasta la exposición con responsabilidad sobre un tema tan delicado como importante para esta región y otras en el mundo.

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Aunque no hay un despliegue de efectos especiales, y escenas de acción muy simples, la característica principal que la hace una película tendencia en Netflix es lo apegado a la realidad sobre un tema que involucra y afecta a todas las sociedades. Visibilizar la situación, pone en evidencia lo que está sucediendo en el mundo, e invita a crear conciencia y generar movimientos que lleven tanto a las sociedades como a los gobiernos a:

  • Intensificar la lucha por la erradicación de la trata de niños
  • Mejorar las condiciones de atención para con las víctimas
  • Castigar bajo responsabilidad el delito

La explotación sexual infantil es un tema complicado pero que debe tratarse, el film respeta el realismo de la situación, desarrollando una trama que apunte a la conciencia del espectador, explicando el trasfondo que ocurre detrás del tráfico sexual, sin ser morboso, o con contenido inadecuado, pero sobre todo sin revictimizar a las mujeres.

Basado en hechos reales, el director Donovan Marsh lleva a la pantalla los hechos ocurridos en Johannesburgo durante 1994, cuando seis niñas fueron secuestradas durante el apartheid sudafricano y nunca fueron halladas. 

En el puerto de Durban

El infame caso de Gert Van Rooyen fue un caso sin resolver hasta hace poco, aunque tanto el cómo su pareja Joey Haarhoff murieron cuando la policía dio con ellos, para interrogarlos sobre una niña de 16 años que logró escapar de un secuestro, la investigación continuo para encontrar al resto de las niñas desaparecidas sin éxito.

Van Rooyen era un trabajador de mantenimiento para una empresa en el puerto de Durban que transportaba puertas de cortafuegos entre Durban y Pretoria, los investigadores analizan la posibilidad que Van Rooyen y sus cómplices trasladaron a sus víctimas fuera del país a través del puerto hacia las islas Mauricio para ser traficadas, donde se encontraba la sede de las empresas que enviaban cargas desde la empresa donde trabajaba Van Rooyen.

Las investigaciones apuntan que Van Rooyen y su pareja Johanna “Joey” Haarhoff secuestraron a siete niñas, una de las cuales escapó durante una fiesta a fines de los años 80, de la casa de la pareja en el suburbio de Pretoria de Capital Park. Entre ellas se encuentra Fiona Harvey (12 años) de Pietermaritzburg, quien desapareció mientras fue a comprar leche en el suburbio de Clarendon.

Actualmente, hay evidencia que Van Rooyen estuvo regularmente en el puerto de Durban, y que posiblemente tuvo conexiones en el lugar, y que lo ayudaron a traficar con chicas, así como pueden estar involucrados magnates del Reino Unido que ha recibido reconocimiento real. Igualmente, Se encontraron fotos de Haarhoff en la explanada, cerca de donde cargan los barcos, se conoce también que Van Rooyen viajó a Durban después que las niñas fueron secuestradas.

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En cuanto al vínculo con Pietermaritzburg, en enero de 1990 Van Rooyen recibió una multa por exceso de velocidad en la N3 hacia Durban cerca de Townhill, el oficial dijo dejo en su declaración haber visto a dos niñas cubiertas con una manta rosa y gris en la parte trasera del vehículo, que parecían drogadas.

La misma manta fue encontrada en las requisas realizadas en la casa de Van Rooyen después de cometer suicidio. Haarhoff era trabajadora del ministro del Partido Nacional, quien vendía a las niñas a un millonario en el Medio Oriente, cuando las chicas no eran de su agrado, eran llevadas a un prostíbulo.