Un estudio llevado a cabo por el Comisionado para la Protección al Menor de Inglaterra, durante 2015 y 2016, buscó mejorar el entendimiento a niños y jóvenes sobre sus experiencias tras haber sido víctimas de abuso sexual. El proyecto Making Noise tuvo como objetivo principal ayudar a las víctimas a reconocer, identificar y sanar el lamentable episodio que tuvieron que vivir, así como también ayudarlos a afrontarlo en compañía de sus familiares y amigos. De esta manera, se lograría que sus vidas fuesen menos tormentosas; mediante charlas, se pudo ayudar a los afectados a construir la confianza y a recuperar la autoestima.
El estudio fue llevado a cabo en 53 niños y adolescentes en edades comprendidas entre 6 y 19 años, con experiencias de abuso sexual en el ambiente en el que se desenvuelven normalmente. Además, otro grupo que constó de 30 participantes, en edades de 14 a 19 años ingresaron en el estudio. En este segundo grupo, la materia principal de estudio fue su comportamiento enfocado en tres grupos distintos de jóvenes, divididos por comunidades étnicas, jóvenes discapacitados y niños y jóvenes de sexo masculino.
El programa ha funcionado a cabalidad, y ha logrado que los afectados puedan hablar y sentir que no están solos, lo que les ha asegurado que no tienen por qué sentirse avergonzados o culpables por lo que han vivido, puesto que no ha sido culpa suya.
Es importante resaltar que el proyecto Making Noise está solo disponible en el Reino Unido por ahora, puesto que es una iniciativa llevada a cabo por el Centro Internacional de Investigación sobre la Explotación Sexual, Violencia y Tráfico de Niños de la Universidad de Bedforshire y la NSPCC, National Society for the Prevention of Cruelty to Children, una organización encargada de prevenir la agresión a infantes en este Estado europeo.