El papa Francisco reveló la promulgación de una nueva ley, más estricta, que obliga a los clérigos y religiosos a denunciar cualquier sospecha de agresión sexual o acoso, en una clara actitud hacia la erradicación de estos abusos, aunque no los obliga a denunciarlos antes las autoridades policiales.
Clero vigilante de los abusos
Además de obligar la denuncia de cualquier sospecha de agresión sexual o acoso, las diócesis del mundo deberán tener un sistema que sea accesible al público para presentar informes sobre las denuncias de potenciales casos de abuso sexual que deberán ser examinados en un plazo de 90 días.
La decisión de modificar la legislación interna de la iglesia fue una iniciativa propia del pontífice, a través de una correspondencia directamente escrita por él. Esta ley mantiene la inviolabilidad y el carácter absoluto del secreto confesional, excluyendo cualquier denuncia basada en el rito de la confesión.
La carta apostólica, titulada Ustedes son la luz del mundo, subraya que los crímenes de abuso sexual ofenden a Dios y que los daños físicos, psicológicos y espirituales que ocasionan en las víctimas dañan las comunidades de los fieles.
La carta también promueve la adopción de procedimientos dirigidos a prevenir y combatir crímenes que traicionan la confianza de los fieles, a través de acciones concretas que involucren a todos en la iglesia. Prohíbe la producción, posesión y distribución por vía informática de cualquier material de pornografía infantil y condena cualquier caso de encubrimiento por parte de la jerarquía de la iglesia.
Sin embargo, la nueva norma no obliga a denunciar ante la policía, sino ante los obispos, a quienes durante años han manejado el abuso y lo han encubierto. Aunque es un buen intento de sancionar esta infracción y de promulgar una ley universal en la iglesia, se mantiene como un proceso interno de la institución.
Antes de esta ley era una decisión de conciencia de sacerdotes y monjas, ahora es una ley de aplicación universal de la iglesia que puede ser retroactiva, obligándolos a reportar casos antiguos al darle carácter de ley. Los denunciantes gozarán de protección y anonimato.
Los abusos son causa de la revolución del 68
Ante los intentos del pontífice de mostrar una clara actitud en contra de los abusos sexuales a los niños en la iglesia, el papa emérito Benedicto XVI emitió una carta–ensayo, publicada en una revista alemana, en la que justifica que la pederastia surgió a causa de la revolución del 68, cuando fue autorizado el uso de material audiovisual explícito.
Considera que las libertades que la revolución del 68 buscaba en su lucha hicieron que la pedofilia también fuera diagnosticada como algo permitido y apropiado, lo que también propició la conformación de grupos homosexuales en las iglesias.
Para muchos, especialmente aquellos que han sido víctimas de abusos, es una carta embarazosa, ya que también deja en el aire o tapa cualquier abuso o denuncia realizada antes de la década de los 60.
