El abuso sexual infantil es un crimen que afecta, al menos, a uno de cada diez varones y a una de cada cinco mujeres, por lo tanto debemos estar atentos a las señales y las personas que rodean el entorno de los niños, para saber cómo actuar para prevenirlo y ayudarlos una vez que, lamentablemente, haya ocurrido.
Lo que debes saber sobre el abuso sexual infantil
El abuso sexual se da cuando un adulto o un menor de edad mayor que el niño lo obliga a mantener contacto sexual bajo amenaza, manipulación, soborno y forzándolo físicamente. Se considera que hubo abuso sexual cuando: i) el niño acaricia los genitales del adulto o, ii) es tocado por el abusador en su zona genital. También se considera abuso poner al niño en contacto con pornografía o hacer que participe en una producción pornográfica.
Los potenciales abusadores son generalmente personas que están cerca del abusado; con frecuencia, además de conocerlo, los niños confían en su agresor. Según las estadísticas, los casos de violencia sexual infantil son cometidos en un 65% por familiares, seguidos de los cuidadores, incluyendo entre ellos a maestros o personas que se encargan de los pequeños, sin distinción de género.
Resulta más grave aún el hecho de que las personas que van a cometer una agresión, bien sea una vez o de forma progresiva, se ganan la confianza de los niños o niñas y planean los hechos con premeditación. Al momento de ocurrir la agresión, el atacante también goza de la confianza de los familiares del niño como un mecanismo de protección.
Igualmente, propician que ocurran casos de abusos situaciones de vulnerabilidad a las que es expuesto el menor (violencia familiar, carencia de amor, falta de atención y de respeto). La impunidad también ha sido un factor determinante en el aumento de los casos de abuso sexual infantil, por lo que es esencial que exista mayor atención hacia esta problemática.
Una nueva modalidad de acercarse a los niños en esta era digital es el Grooming, en la que resultan más vulnerables los adolescentes que manejan dispositivos electrónicos que facilitan el acceso de los pederastas a sus víctimas, además de acelerar el proceso de agresión, mediante el chantaje o publicación de imágenes personales.
El Grooming siempre ha existido, pero en la actualidad, a través del uso de las redes sociales, el acosador logra tejer alrededor de la víctima una red antes de cometer el abuso con el uso de halagos, confianza, chantaje y aislamiento, con un fin sexual, escondiéndose tras una identidad falsa.
Prevención ante todo
Para prevenir estos casos de abuso infantil, la Academia Americana de Pediatría recomienda a los padres:
- Diálogo, explicándole a los pequeños qué significa el abuso sexual. Si la escuela o el colegio al que asisten le da información sobre esto, conversa con él sobre lo que allí aprende.
- Partes privadas. Enséñales las partes privadas del cuerpo y los respectivos nombres de esas partes, haciendo énfasis en que su cuerpo les pertenece y cómo deben pedir auxilio ante una situación en la que se sientan violentados.
- Poner atención. Sobre todo si el niño desea comentar algo, pero le resulta difícil.
- Conoce bien a los que comparten la mayor cantidad de tiempo con tu hijo. Sobre todo, haz visitas inesperadas en los lugares en los que cuidan a tus niños.
Es importante que los padres sepan escuchar a sus hijos, dándole la importancia y seriedad que el caso amerita, considerando que los niños generalmente ignoran todo lo que los hace sentir incómodos.
Un acto de abuso sexual es un acto de violencia, bien sea pasiva o activa, lo que hace necesario que sea tomado en cuenta cuando denuncia que está siendo abusado. Si es ignorado o no se le cree, difícilmente el niño tomará la iniciativa de contar su problema, lo que lo expone a sufrir abusos continuos durante meses o años.
Cuando estés teniendo esta conversación con el niño, déjale claro que lo sucedido no es su culpa, y con amor y comprensión hazle saber que vas a ayudarlo; exprésale tu reconocimiento a su valentía por haberse expresado y muéstrale tu comprensión. De sentir una emoción fuerte como rabia o ira, déjale claro que no va dirigida hacia él.
También, presta atención a todas las dolencias físicas que el niño tenga: son manifestaciones contundentes de que algo le está haciendo daño y debemos atender cuanto antes.
Cuando sabemos que hay una agresión sexual, debemos denunciar inmediatamente a las autoridades. Hacer justicia será fundamental para la sanación del pequeño y lo ayudará durante su crecimiento y en la etapa adulta.