El fiscal general de Missouri, Eric Schmitt, hizo una acusación masiva contra la miembros de la iglesia católica por casos de abuso, en especial por ignorar los casos de abuso sexual que ocurrían interiormente. Por esta razón, remitió una docena de exclérigos para juicio penal, justo durante el periodo que Nueva York abrió por un año para reactivar las denuncias de vieja data.
21 víctimas, un sacerdote
El fiscal, en rueda de prensa, reveló que la investigación de registros de la diócesis del estado arrojó la cifra de 163 personas, entre sacerdotes y otros miembros del clero, acusadas de abuso sexual o mala conducta contra menores.
Aunque cerca de 80 acusados ya han fallecido, el fiscal remitirá una docena de nombres para su debido procesamiento penal ante las autoridades. La oficina del fiscal indicó haber escuchado más de 100 víctimas de abuso y haber hablado directamente con 45 víctimas o sus familiares.
Tras un año de investigación, el fiscal sostiene que el abuso sexual de menores por parte de miembros de las cuatro diócesis que comprende el estado de Missouri ha sido un escándalo sin precedentes. Aún más, la iglesia ha centrado sus esfuerzos en proteger a los sacerdotes, desconociendo informes creíbles de abusos.
La respuesta estándar a los reportes de abuso por parte de los líderes de la iglesia fue trasladar a un sacerdote ofensor por un plazo corto a tratamiento y luego reasignarlo a una nueva parroquia, sin revelar a ningún miembro de la antigua y nueva parroquia la razón de su traslado. Las víctimas recibían, en el mejor de los casos, consejería para ayudar en el caso de abuso a la recuperación psicológica.
Dentro de las denuncias presentadas por Schmitt, un solo sacerdote tuvo 21 víctimas, lo que da pie a asumir que el número real de víctimas supera el centenar.
2.300 documentos sobre sacerdotes
El informe presentado a la prensa estadounidense por el fiscal general contiene más de 300 páginas, en las que se develan eventos y acusaciones de los últimos 70 años. En particular, Schmitt informará a las oficinas del fiscal local al menos 12 acusaciones de abuso sexual de casos concretos.
Para obtener estos resultados, se ha llevado a cabo un proceso en el que se han visto más de 2.300 documentos sobre sacerdotes, diáconos, seminaristas y monjas, proporcionados por las cuatro diócesis católicas de Missouri en el último año.
También se conoció que las víctimas de abuso eran parte de familias muy cercanas a las parroquias. Además, los niños participaban activamente en las misas, como monaguillos.
Las propias víctimas tenían como dificultad para hacer cualquier tipo de denuncia la estima que sentían por estos sacerdotes y obispos, por la especial atención que mostraban hacia cada uno de sus miembros.
Ante estos hechos, el fiscal recomendó a las diócesis que estuvieran más vigilantes sobre la vida, los usos y las costumbres de las órdenes religiosas.
Con las nuevas denuncias, el país vive un año agitado en cuanto a acusaciones de esta índole, por la ola de denuncias presentada en Nueva York, luego de la apertura del año de la ley temporal que permite la presentación de casos extemporáneos, incluso algunos cometidos décadas atrás, donde solo en su primera semana de vigencia 85 personas presentaron demandas contra la iglesia católica.
