Lourdes Fañanás, investigadora del Centro de Investigación en Red de Salud Mental del Instituto de Salud Carlos III, ha asegurado hoy que el maltrato en la infancia puede tener «graves consecuencias» en la salud mental, además de en la física, y derivar en depresión y en conductas violentas.
Fañanás ha intervenido hoy en el XXIII Curso de Actualización en Psiquiatría que se celebra en Vitoria esta semana con una ponencia titulada «Maltrato en la infancia y trastornos psiquiátricos: mecanismos neurobiológicos y epigenéticos».
La investigadora ha recordado que en los países desarrollados entre el 4 y el 16 por ciento de los niños reciben maltrato físico y más de un 12 % «negligencia psicológica» y la mayoría de estos abusos suelen suceder en el ámbito familiar.
Estas situaciones dejan una «huella neurobiológica» que afecta «a la respuesta futura al estrés psicosocial en la vida adulta», ha indicado esta experta, según ha informado en una nota la organización del Congreso.
Los seres humanos, ha añadido, necesitan el entorno social y las relaciones afectivas para desarrollar una vida plena y sana y para ello es fundamental una buena infancia y unos «buenos padres» y la ausencia de ellos «puede tener importantes consecuencias en la salud física y mental».
No obstante, la investigadora ha precisado que no todos los niños maltratados desarrollan trastornos graves de conducta enfermedad mental ya que se ha demostrado que en algunos casos los menores «son capaces de integrar biológicamente y psicológicamente estas experiencias».
Además de los trastornos mentales o de conducta asociados a esa situación de maltrato, también son frecuentes entre los niños que lo padecen, las enfermedades cardiovasculares, obesidad, problemas musculo-esqueléticos y otras enfermedades crónicas.
Los diferentes trastornos y su manifestación dependerán, ha explicado, del tipo de abuso.
Por ejemplo, Fañanás ha señalado que si el abuso es continuo y leve o sutil el niño desarrollará un trastorno de ansiedad y al entrar en la adolescencia presentará «riesgo de suicidio o adicción a determinadas sustancias».
Pese a ello, esta experta ha subrayado que estos trastornos se pueden curar dado que la «plasticidad del cerebro es muy grande», lo mismo que la recuperación de los niños, que si reciben el tratamiento clínico y psicológico adecuado y se le reubica en un buen entorno familiar pueden recuperarse.
Por ello la investigadora ha destacado la importancia de la identificación precoz de los niños expuestos a algún tipo de maltrato, bien a través del sistema escolar, el sanitario o desde el ámbito familiar o de allegados.
«Lo que está claro es que cuanto antes se detecte el problema y antes empiece el tratamiento más capacidad de recuperación habrá», ha concluido.
Fuente: ABC
