El New York Times sacó a la luz una investigación en la que se evidencia el reporte de al menos 45 millones de imágenes -entre fotografías y vídeos– de niños y menores de edad siendo abusados sexualmente que fueron compartidas en diferentes plataformas de Internet.
Plataforma libre
Lo peor de la humanidad puede exhibirse en Internet y dejarlo pasar con la interpretación de una plataforma libre. Se trata de contenidos terribles que penetran toda la red y que no reparan el daño que ocasionan o la intención detrás de su publicación. Además, los organismos de control actúan con una pasividad que trae como consecuencia, cada año, las peores cifras sobre pornografía infantil.
La investigación sostiene que existen, aproximadamente, 45 millones de vídeos y fotos de niñas y niños abusados sexualmente. Se revisaron, al menos, 10 mil páginas de reportes policiales y documentos judiciales que muestran que las empresas de tecnología no han logrado desarrollar herramientas eficaces para evitar la multiplicación de este tipo de contenido, sin darle el mismo tratamiento que los mensajes basados en discursos de odio y propaganda terrorista.
Respecto a la presencia de este contenido y a la escalabilidad de los modelos usados por las redes de pedófilos para la transferencia de información de forma segura, instituciones como el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados advierten que el número de reportes es abrumador y excede las capacidades de las organizaciones involucradas y la fuerza de la ley para ejercer acciones efectivas.
Desde 1998, cuando se reportaron 3000 situaciones de abusos, las cifras han ido incrementándose año tras año, hasta denunciar en 2018 18,4 millones de contenidos relacionados con el abuso infantil.
El problema está en que las víctimas temen ser reconocidas por sus fotos y vídeos en Internet, luego de haber sido dañadas sus vidas por el abuso, sufrido en manos de familiares o extraños.
Una víctima que fue filmada mientras era agredida sexualmente por su padre a los 11 años, por más que ha tratado de sentirse bien y superar esta aberración, las fotos mantienen vivo el abuso 20 años después y le hacen más difícil superarlo.
Cómo llega el material al Internet
El material denunciado tiene un flujo regular al subir a la web; una vez identificado, es reportado por otros usuarios o las empresas proveedoras de servicio y, finalmente, pasa a manos de la ley para acciones legales luego de hacérsele un exhaustivo análisis de autenticidad. Las plataformas más usadas para el intercambio de contenido de abuso infantil son:
- FTP
- P2P
- Chatroom
- Instant Messenger
- Forum
- Gaming
- SmS
- Cell phone
- Tor
- URL
Los tres primeros lugares de los países con mayor tráfico de pornografía infantil son:
- India
- Indonesia
- Tailandia
Completan el Top 5 México y Bangladesh -con las posiciones 4 y 5, respectivamente-, seguidos de países como Estados Unidos y Brasil, con mayor cantidad de reportes con respecto a su población.
Esta investigación también señala a grupos en línea que se dedican a compartir imágenes de niños más pequeños y formas extremas de abuso a través de tecnologías encriptadas y la web oscura: la parte de Internet en la que todo es ilícito y en la que se ofrece a los pedófilos información sobre cómo llevar a cabo los crímenes, cómo grabar y compartir imágenes de abuso infantil en todo el mundo.
Estos traficantes están a la vanguardia con la tecnología de materiales de explotación infantil y cubren sus huellas conectándose a redes privadas virtuales que les permiten:
- Enmascarar sus ubicaciones
- Desplegar técnicas de encriptación
- Ocultar sus mensajes
- Publicar en la web oscura
Las redes sociales -como Facebook- y buscadores -como Google- intensificaron la vigilancia de sus plataformas, pero solo están obligadas legalmente a reportar imágenes de abuso infantil cuando las descubren. Los trámites pueden demorar varios meses y a veces responden solo para decir que no tienen registros, incluso para los informes que iniciaron.
La red social Facebook anunció en marzo planes para cifrar Messenger, ya que el año pasado fue responsable de casi 12 de los 18,4 millones de informes mundiales de material de abuso sexual infantil.