Nuevamente Francia es sacudida por un escándalo de pedofilia en la élite intelectual, luego de la publicación del libro La Familia Grande, escrito por Camille Kouchner, acusando a su padrastro el politólogo Olivier Duhamel, de haber abusado sexualmente de su hermano mellizo cuando éste era adolescente de 15 años, destando el resurgimiento del movimiento #MeTooInceste.
La Familia Grande
Camille Kouchner autora del libro, es hijastra del politólogo y antiguo parlamentario europeo socialista (entre 1997 y 2004), tal como lo cuenta en el libro titulado La Familia Grande. El hecho en cuestión sucedió a finales de los 80 y durante dos años y medio, tiempo en que abuso de su hermano, al que llama Victor para ocultar su verdadero nombre, quien aún teme las consecuencias de lo que podría pasarle o de la vergüenza que aún siente y se niega a hablar de ello
La autora especialista en derecho laboral, reveló que su madre Evelyne Pisier, destacada feminista, escritora de obras como De repente libertad, le hizo prometer no decir nada cuando supo de los hermanos los ataques años más tardes, y a su muerte en el 2017 la liberó de esa promesa. El padre de ambos hermanos se enteró en el 2008, Bernard Kouchner uno de los fundadores de Médicos sin Fronteras, es descrito en el libro como un padre ausente que no se ocupaba mucho de ellos.
En su relato, ambos hermanos estaban consternados que un hombre con tan nivel de educación y cultura, además de famoso, que fue Duhamel entraba a la habitación del adolescente para abusar de él. Estos abusos iniciaron durante las vacaciones de la Costa Azul, donde la pareja reunía a un grupo importante de la intelectualidad y creaban un ambiente de libertad total.
La Familia Grande que constituía los más allegados de Duhamel, incluyé a Elisabeth Guigou, quien fue nombrada Presidenta de la comisión sobre la violencia sexual ejercida en menores, a quien jueces y abogados piden su dimisión. Igualmente, es el caso de Jean Veil, quien integró su gabinete, y es parte del círculo privado que conocían aquellos actos horribles que el político admitía.
El libro ha sido un éxito de venta y varios de sus extractos han sido publicados en importantes diarios como Le Monde, provocando la dimisión del Duhamel como presidente de la Fundación Nacional de Ciencias Políticas y de otras funciones.
El libro ha provocado el nacimiento de un movimiento con la etiqueta #MeTooInceste, volviéndose tendencia con el testimonio de hombres y mujeres de todas las edades donde relatan el ataque que sufrieron, acompañándolos de fotografías con las edades que tenían cuando sucedió el abuso que fueron víctimas.
Se estima que 1 de cada 10 franceses dice haber sido víctima de violencia sexual durante su infancia, el 80% de los casos dentro del ámbito familiar.
Camille Kouchner explica que los casos de incestos son historias de mutismo y de omertà, que se traduce en la Ley del silencio mafiosa. Para ella esta es una serie de silencios intrincados, protegidos por una elite cultural.
Lo que motivó a contar lo sucedido después de tantos años, es que veía con horror como su padrastro recibía un honor tras otro, hasta considerarse como parte del establishment nacional. Igual consternación relata Vanessa Springora, cuando se justificó por contar su experiencia con el escritor Gabriel Matzneff, quien contaba una historia sórdida fabulándola a su manera. La autora cuenta en su libro Le Consentement (El consentimiento) como fue el paso de este escritor por su vida y como era la Francia de aquellos años.
La apología de la pedofilia en la élite intelectual de Francia no es un hecho nuevo, en los años 70 y hasta el 2000 algunos escritores como Jean Paul Sartre, Michel Foucault, Simone de Beauvoir entre otros, firmaron una petición en las páginas de Le Monde donde pedían que la ley no criminalizará las relaciones sexuales de adultos con menores de 15 años.
La justicia ha abierto diligencias contra el político de 70 años, para formalizar la acusación por delitos de violaciones y agresiones sexuales a cargo de una persona de autoridad sobre un menor. Además, la Fiscalía comunicó que hubo un caso previo hace 10 años, pero la presunta víctima no lo quiso denunciar, archivándose. Las investigaciones ahora giran en torno a aclarar los hechos y comprobar si están prescrito e identificar a cualquier otra víctima potencial.