El nombre de Jeffrey Epstein ha vuelto a estar en la palestra pública luego de seis meses de su controversial muerte, al ser mencionada por la red de Hackers Anonymus que reveló una lista de sus contactos y por el estreno del documental Asquerosamente rico, que le da voz a las víctimas del multimillonario que vieron frustrados todos los intentos de recibir justicia por un proceso judicial, obteniendo de esta forma la corte de la opinión pública.
Asquerosamente rico
El documental, basado en el libro del popular escritor James Patterson y dirigido por la ganadora del Oscar de la Academia Lisa Bryant, narra la historia de las víctimas del multimillonario, y la forma en que Epstein manejaba su red de tráfico sexual, además de como se hizo un hombre poderosamente rico, que lo llevó a estar rodeado de políticos, personajes de la realeza, empresarios y celebridades que lo visitaban en su casa, viajaban en su avión privado a cualquiera de sus propiedades y participaban en sus famosas fiestas.
Aunque Epstein murió, la justicia intenta determinar todavía quienes conocieron o participaron de la red de prostitución de menores que organizaba el multimillonario, junto a sus fieles colaboradores. El documental relata en la voz de sus víctimas que ofrecieron testimonio a la policía, como fueron reclutada, abusaron de ellas y fueron manipuladas para que se quedarán calladas. Los relatos de estas chicas son crudos, y acusan a poderosos en primera persona.
También hablan en el documental policías que siguieron la investigación, algunos de sus amigos que lo ayudaron a surgir y algunos de sus exempleados. Especialmente su ex socio Steven Hoffenberg, quien lo contrató en su firma por su “moral cuestionable”.
“Teníamos montado un esquema Ponzi (pirámide) de inversiones fraudulentas, y él era perfecto para eso. Hizo todo su dinero manipulando el precio de las acciones y robándoles a los clientes”.
De rico a todo poderoso
Una vez alcanzada la cima financiera, inició su afición por las menores de edad, con sus complices Ghislaine Maxwell (cuyo paradero es desconocido) y su secretaria Sarah Kellen conocida por las niñas como la lugarteniente, que manejaba un grupo de mujeres que reclutaban a las niñas.
Entre ellas figura el nombre de Sarah Ransome que denunció públicamente que fue violada tres veces diarias durante seis meses en la famosa Isla de la Pedofilia, ubicada en las Islas Vírgenes.
“Yo me había marchado de casa, en Sudáfrica, y había llegado a Nueva York con lo puesto. Una mujer me abordó a la salida de una discoteca y me habló de un tipo poderoso que me ayudaría a alcanzar mis sueños y que me invitaba a pasar unos días en el Caribe”.
Durante su estancia en la famosa isla intento escapar, pero fue interceptada por los guardias.
Al menos de 80 de estas mujeres aseguran haber sufrido de abusos sexuales de una jauría de la alta sociedad. Muchas eran apenas unas niñas de entre 12 a 16 años, algunas captadas en las puertas de su colegio, que venían de familias con necesidades, inmigrantes o familias fracturadas.
De los testimonios más consistentes y que dio marcha a esta investigación, está el de Chauntae Davies, una fisioterapeuta que trabajo para Epstein entre 2000 y 2005, fue azafata en su avión privado conocido como Lolita Express, por las orgías que ocurrían a bordos. Davies además de contar su odisea todos esos años, aportó fotografías y pruebas de lo que recopiló en la Isla.
De forma general, la pareja de Epstein, Maxwell le buscaba las chicas menores de edad, les decía que necesitaban que le hiciera un masaje a un hombre millonario y que les pagaría 200$. Cuando llegaban allá, él se tocaba enfrente de ellas, las manoseaba y con algunas simplemente las violaba.
De gustarle mucho las chicas, Epstein les pagaba sus estudios, les conseguía apartamento, y financiaba a sus familias, haciéndolas dependientes de él. Además, usaban el método de la pirámide con ellas, “Tráeme a más niñas y te daré más dinero”. De esta manera, quedaron como parte de su red de tráfico sexual incontables menores de edad, como Shawna Rivera, Michelle Licata o Courtney Wild.
La impunidad que te da el poder y el dinero
Una de sus primeras víctimas fue Virginia Giuffre, cuando tenía 16 años, fue reclutada en el Spa Mar-a-Lago, condominio de Donald Trump, la chica conoció a Maxwell y la llevo al millonario.
Giuffrey también estuvo en la Isla, donde asegura conoció y sostuvo un encuentro sexual con el príncipe Andrés de Inglaterra y además tiene foto de una de las estadías de sus encuentros, aunque la Casa de Buckingham lo niega rotundamente. También se conoce que el expresidente Bill Clinton al menos estuvo una vez en la isla.
Desde el 2005, los policías de Palm Beach y algunos miembros del FBI estaban tras la caza de este pedófilo y traficante sexual de menores. En el 2006 lograron hacerle una acusación formal, pero el fiscal general de ese momento logró un acuerdo con el acusado, de 18 meses en arresto domiciliario en sus residencias de Nueva York que también funcionaba como oficinas, al declararse culpable por prostitución de un menor, que lo salvaría de ser registrado como agresor sexual a menores.
Se conoce que durante su arresto, el millonario siguió cometiendo delitos en su apartamento. El fiscal que llegó al acuerdo, Alexander Acosta, quien posteriormente fue nombrado como Secretario de Trabajo durante el gobierno de Donald Trump, puso su cargo a la orden al formalizarse la acusación contra Epstein en Nueva York el año pasado.
Aunque las víctimas no podrán ver a Epstein ante la justicia, esperan que lleven a sus complices o amigos, personas importantes que fueron recibidas en la isla, ante la corte y así obtener justicia, asegurando que no solo era el multimillonario, era toda una red de pedófilos.
