Abuso sexual infantil: cuando las víctimas se vuelven agresores

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Imagen tomada de la cuenta oficial de Facebook de la Policía Nacional de España

España dio un duro golpe a la pedofilia en una macrooperación internacional contra la pornografía infantil, en la que se aprehendieron 33 personas en 11 países de tres continentes diferentes. La denominada operación Chemosh tuvo una duración de 26 meses y fue llevada a cabo en conjunto por unidades de EuropolInterpol y los cuerpos policiales de Costa Rica, Ecuador, Francia, Guatemala, India, Italia, Pakistán, Perú, Reino Unido y Siria.

 

Stickers pedófilos

La mayoría de los apresados en España son menores de edad, detenidos por almacenar pornografía infantil y distribuirla a través de una aplicación de mensajería instantánea.

Los arrestados compartían material con contenidos pedófilos y de violencia extrema, incluso elaboraron stickers en los que se observaba menores de edad abusados sexualmente.

La Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional de España fue la encargada de poner en marcha la operación, junto con organismos internacionales y entidades policiales de otros países.

 

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Procedente de la colaboración ciudadana, un correo electrónico alertó sobre la existencia de un grupo de Whatsapp, formado en su mayoría por menores de edad, en el que se había normalizado la existencia de pedofilia y abusos sexuales a menores de edad.

Dentro del grupo se compartían archivos con contenido pedófilo junto con otros tipos de contenidos, que sí eran legales pero no aptos para menores de edad por su extrema dureza. Algunos de sus contenidos llegaron a viralizarse, hasta el punto de hacer los llamados stickers, o pegatinas, en los que aparecían menores de edad dentro de una escena de abuso.

También se pudo conocer que participaban pedófilos extranjeros adultos, en chats análogos que compartían material pornográfico, lo que hizo más difícil el trabajo policial. En el caso de los menores de edad, algunos tenían las líneas móviles a nombre de sus padres, quienes también son investigados.

En cuanto a la producción de material pornográfico, se conoce de un adulto que está siendo investigado, quien buscaba tener contacto con niñas para acosarlas y obtener material. Además, se encontró material de una madre que abusaba de su hija y luego mandaba esas imágenes a los chats.

 

Cuando los agresores son menores

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Expertos del Reino Unido se han encontrado con el caso de que el agresor sexual de un menor es otro menor, como el suceso ocurrido en Inglaterra en el año 2016, en el que un menor de 11 años agredió sexualmente a otro de 9 años en repetidas ocasiones, además de tocar de manera inapropiada a otro niño de 7 años.

En su mayoría, estos chicos también han sido abusados y son víctimas de un estado de vulnerabilidad. El hecho de que sean menores evita que se les persiga, ya que se encuentran por debajo de la edad de tener responsabilidad penal.

Sin embargo, se estima que un tercio de los abusos sexuales ocurridos en el Reino Unido son cometidos por menores. Por ser niños, reciben una advertencia o sentencia bajo custodia preventiva, dependiendo de la gravedad del caso.

Afortunadamente, el mejoramiento de las labores de detección por parte de los profesores, trabajadores sociales y la policía, ha hecho que la edad promedio de los agresores sexuales disminuya. Muchos de estos niños han sido agredidos sexualmente, víctimas de abusos físicos o abandonados.

Esto ha llevado a las autoridades a poner en marcha un plan de seguridad y monitoreo del comportamiento de estos menores. Según su gravedad, son trasladados a un lugar de acogida o a una unidad de seguridad, además de recibir ayuda o terapia con especialistas.