El caso del pediatra argentino detenido, quien trabajaba en el servicio de Inmunología y Reumatología del Hospital Juan P. Garrahan, estremeció la opinión pública por su acusación de producir y compartir pornografía infantil, dentro y fuera de su consultorio.
Operación Luz de Infancia
La investigación al pediatra es parte de una operación internacional denominada Luz de Infancia, iniciada a partir de una primera alerta del Homeland Security de los Estados Unidos emitida para el gobierno de Brasil, sobre varios usuarios que orbitaban alrededor de un solo IP.
El pediatra fue detectado a través de un software conocido como eMule, un sistema P2P que permite compartir archivos y video, que era monitoreado desde la División de Delitos Cibernéticos contra la Niñez y Adolescencia.
El material fue revisado a través de un software que puede reconocer lugares y dimensiones de espacios, como también caras de prófugos, aunque haya cambios en el diseño. El Laboratorio Informático Móvil es una camioneta que se estacionó a las afueras del consultorio con un software forense, con el que se levantó un registro digital en la escena del hecho.
Durante la investigación, se confiscó documentación con anotaciones sobre pacientes y las dos computadoras con las que trabajaba el pediatra. Aunque en su defensa se alega que algunas fotografías fueron hechas en el consultorio, se considera abuso porque fueron tomadas sin el consentimiento expreso de los padres.
Se utilizó esta tecnología con la intención de determinar la geolocalización de las fotos y confirmar los entornos en los que el pediatra realizó fotografías de niñas y niños desnudos.
Durante la detención, en las computadoras confiscadas se encontraron más de 800 imágenes y 70 vídeos en los que se ven abusos a menores de entre 6 meses y 14 años de edad. Entre el 8 y el 12 de enero de 2018 el pediatra tomó 39 fotografías a niñas en la playa que fueron encontradas en la tarjeta de memoria de una cámara de fotos hallada durante uno de los allanamientos de la casa.
La pedofilia en la web oscura
Con este caso vuelven a la opinión pública los peligros de la web oscura, considerada como un mundo aparte y terreno fértil para que los pedófilos utilicen muchas formas de conectarse e intercambiar información, fotos y vídeos, valiéndose de mensajes encriptados, codificados, en foros cerrados de Internet.
Algunos expertos, con mayor precaución, se mantienen alejados de herramientas innovadoras como Whatsapp, y eligen otros caminos como redes privadas virtuales (VPN) que les permiten ocultar su identidad cibernética a la hora de navegar en Internet y acceder a foros privados con una membresía.
El Internet común contiene menos del 1% de la información que circula en la red oscura, donde la pedofilia es apenas uno de los crímenes que ocurre, alcanzando un 83% de los contenidos que circulan en esta web.
De esta forma, 4 de cada 5 visitas a los servicios de la red Thor se dirigen hacia direcciones online que comparten materiales sobre pedofilia, con imágenes realmente estremecedoras.
